El amor en las proposiciones del cosmos
La palabra es la propia respiración en la comunicación entre seres humanos. Gracias a ella expresamos nuestros profundos sentimientos, intercambiamos emociones y colaboramos para alcanzar las metas propias. Sin el lenguaje, todo el recorrido científico y vital de la humanidad se vería afectado porque, ¿Qué sería de nosotros sin la literatura, sin esos testigos del pasado que nos cuentan lo que fue para que podamos extraer de atrás lo que será más adelante?¿Cómo podríamos sobrellevar una vida entera sin la tecnología, la ciencia, la ingeniería, la filosofía y todo aquello para lo que ha sido imprescindible un lenguaje específico? Es desgarrador saber que nuestra
sociedad existe porque en un pasado existieron todos aquellos que, gracias al poder de las palabras, pudieron mostrar sus pensamientos al mundo, convirtiéndolos en frases célebres que s mantendrán en la memoria colectiva durante siglos.
Desde Pitágoras hasta Einstein, desde Sócrates a Nietzschte, la tradición oral y escrita ha mantenido un lugar privilegiado en el ideario común hasta el punto de que la ausencia de un lenguaje ha implicado en tantas y tantas ocasiones a crear una comunicación con el propósito de que no quede un vacío en ningún colectivo de la sociedad. Se puede decir que sin estos refranes, citas y frases célebres, la ciudadanía iría perdiendo su identidad, quizás nunca la habría tenido ya que, aunque no se puede condensar toda la sabiduría humana en un libro de citas famosas, es posible que cada individuo se muestre más curioso y comprometido con los saberes diversos, después de leer el epítome de un sabio.
La memoria colectiva, por su parte, es de extrema importancia para la comunicación y el aprendizaje. Con las citas célebres se ha conseguido crear, a partir de oraciones simples, grandes pensamientos, ideas y guías éticas que son, posiblemente, la mayor fuerza que tienen los grupos para mantenerse unidos. Cuando decimos que la comunicación es primordial, recordamos tiernamente los años de aprendizaje y estudio, en los que el lenguaje era el medio de comunicación para que el maestro pudiera enseñar sus saberes, al mismo tiempo que el alumno aprendía todo lo que tenía que saber acerca de los temas propuestas. No obstante, el mayor yacimiento de cultura, especialmente en el campo moral, se encuentra en el ámbito familiar. De hecho, muchas frases célebres son anónimas por su carácter popular e indeterminado, transmitidas de padres a hijos sin que importe demasiado que su autor haya quedado en el olvido. Estos fueron otros tiempos en los que no importaba demasiado la autoría. En la actualidad, disfrutamos de las frases célebres de cientos de personajes históricas que, en ocasiones, nos han enseñado nuestro modus vivendi personal.
sociedad existe porque en un pasado existieron todos aquellos que, gracias al poder de las palabras, pudieron mostrar sus pensamientos al mundo, convirtiéndolos en frases célebres que s mantendrán en la memoria colectiva durante siglos.
Desde Pitágoras hasta Einstein, desde Sócrates a Nietzschte, la tradición oral y escrita ha mantenido un lugar privilegiado en el ideario común hasta el punto de que la ausencia de un lenguaje ha implicado en tantas y tantas ocasiones a crear una comunicación con el propósito de que no quede un vacío en ningún colectivo de la sociedad. Se puede decir que sin estos refranes, citas y frases célebres, la ciudadanía iría perdiendo su identidad, quizás nunca la habría tenido ya que, aunque no se puede condensar toda la sabiduría humana en un libro de citas famosas, es posible que cada individuo se muestre más curioso y comprometido con los saberes diversos, después de leer el epítome de un sabio.
La memoria colectiva, por su parte, es de extrema importancia para la comunicación y el aprendizaje. Con las citas célebres se ha conseguido crear, a partir de oraciones simples, grandes pensamientos, ideas y guías éticas que son, posiblemente, la mayor fuerza que tienen los grupos para mantenerse unidos. Cuando decimos que la comunicación es primordial, recordamos tiernamente los años de aprendizaje y estudio, en los que el lenguaje era el medio de comunicación para que el maestro pudiera enseñar sus saberes, al mismo tiempo que el alumno aprendía todo lo que tenía que saber acerca de los temas propuestas. No obstante, el mayor yacimiento de cultura, especialmente en el campo moral, se encuentra en el ámbito familiar. De hecho, muchas frases célebres son anónimas por su carácter popular e indeterminado, transmitidas de padres a hijos sin que importe demasiado que su autor haya quedado en el olvido. Estos fueron otros tiempos en los que no importaba demasiado la autoría. En la actualidad, disfrutamos de las frases célebres de cientos de personajes históricas que, en ocasiones, nos han enseñado nuestro modus vivendi personal.